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UNA REVISITACION DEL CONCEPTO DEL GÉNERO SENTIMENTAL Gregory B. Kaplan University ofTennessee Creo que en cierto sentido es irónico que uno de los temas que más ha preocupado a la crítica interesada en el romance sentimental haya sido la misma existencia de este tipo de ficción. Es decir, cuanto más se ha discutido si se puede calificar ciertos libros como romances o novelas sentimentales más se ha subrayado, a mi parecer, que se está hablando de obras que comparten rasgos en común. Sin embargo, el papel unificador de esos rasgos, que encuentran sus raíces en la concepción moderna de "novela erótico-sentimental" (3) de Marcelino Menéndez y Pelayo, ha sido seriamente cuestionado por eruditos como Barbara E Weissberger y Antonio Cortijo Ocaña. Según Cortijo Ocaña: No parece que podamos decantarnos por una definición dentro del molde rígido del esquema lírica-narración-drama-ensayo, sino que ... habremos de conjugar las inferencias entre los diferentes géneros mayores para encontrar terrenos de contacto donde situar las producciones que se han venido denominando sentimentales. (15) Créase o no en la existencia de dicho género sentimental, esta tendencia crítica de incluir obras tradicionalmente llamadas "sentimentales" dentro de "género mayor[es]" ayuda a entender lo que Menéndez y Pelayo reconocía hace más de un siglo, que el género sentimental se nutrió de una variedad de fuentes y que comprende obras con rasgos difíciles de entender en términos genéricos.1 A modo de respuesta a la 1 Por ejemplo, el Siervo libre de amor, es, según, Menéndez y Pelayo, a "diferencia de los demás libros de su clase ... llena de recuerdos de su tierra natal" (14). Además, anticipa a críticos modernos como Marina Scordilis Brownlee ("Medusa's Gaze" 23) al distinguir el La corónica 31.2 (Spring, 2003): 294-98 The Genre of the "Sentimental Romance": Responses295 "lanza por el género sentimental" de Regula Rohland de Langbehn, quisiera aportar a este debate una perspectiva que no ha sido en mi opinión suficientemente enfatizada. La profesora Weissberger aboga por la eliminación de una distinción entre el romance caballeresco y el sentimental porque tal distinción ha producido "a largely ahistorical and idealized notion of the treatment of 'woman' and 'love' in the sentimental romances as well as of the relationship of real noble women to romance ... as real and inscribed readers" (217). Al contrario de lo que opina Weissberger sobre la "patriarchal taxonomy -the generic opposition and subordination of 'novela íntima' to 'novela exterior'- created by Menéndez y Pelayo" (215), creo que no se puede descartar por completo la vinculación entre, por lo menos, algunas obras que tradicionalmente han formado parte del género sentimental y la figura de la lectora española medieval y renacentista. En Bursario, obra que tiene fuertes enlaces con la llamada novela sentimental,2Juan Rodríguez del Padrón hace referencia a esta figura en su explicación del verdadero título del libro. Como explica Rodríguez del Padrón: El título es: Aquí comiença el tratado que hizo Ovidio Pablio Naso, y llámase Nereydos, que quiere dezir: "de las dueñas o señoras." E sy fuere preguntado por qué fue más intitulado o apropiado a las dueñas que a los cavalleros, responderse-á, por-que en este mundo más aman ellas que no ellos. (66) Aunque la declaración de Rodríguez del Padrón de que "en este mundo más aman ellas" puede tomarse como una prefiguración de una imagen perpetuada por la crítica decimonónica, la cual (como observa Weissberger 215) habla del género sentimental como "otra literatura" con un "contenido [apropiado] para el bello sexo" (Pascual de Gayangos Ivi), no puede negarse el hecho de que el autor del Bursario tenía en mente un público femenino. Es decir, el reconocimiento por Rodríguez del Padrón de la existencia de "dueñas" que leerían su libro permite considerar este hecho como rasgo...

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