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¿EL REY HA MUERTO? ¿VIVA EL REY? Antonio Cortijo Ocaña University of California, Santa Bárbara Bromas del título aparte, me sorprende la respuesta de Regula Rohland a "mi" postura sobre la novela o ficción sentimental, es especial cuando se me achaca una posición que no creo haber tomado ni remotamente. Si he dedicado más de 300 páginas al tema en mi libro La evolución genérica de la ficción sentimental de los siglos XVy XVI y me hice cargo de la coordinación del número de La corónica 29.1 fue para defender de hecho nada más y nada menos que la existencia (sin paliativos) del género sentimental. Asimismo, en más de 20 trabajos que me han llevado desde el estudio de la Rota Veneris de Boncompagno da Signa (ss. XII-XIII) a la Historia de Leonardoy Camila del Viaje entretenido (s. XVII) he defendido que el género sentimental existió y estuvo vivito y coleando por más de 200 años. En cualquier caso, la breve nota de Régula Rohland en el Forum de La corónica 31.1 me parece insuperable y única en el panorama de los estudios de literatura de los últimos cien años: no conozco, en efecto, de ningún estudioso/a que se haya lanzado a un forum crítico para defender con tamaña fuerza la existencia de su objeto de su estudio. Y no le faltan razones. Dejaré sentadas las que me parecen premisas cruciales sobre el género sentimental en el espacio que La corónica me proporciona (que no es mucho) y volveré luego sobre la acusación (en el buen sentido) de Rohland: 1. El género sentimental está constituido por una serie de obras que se escriben entre 1400-1550, tal como establecieron especialmente Menéndez Pelayo y Whinnom (con otros como Gargano, etc.). La CORo)NICA 31.2 (Spring, 2003): 256-65 The Genre of the "Sentimental Romance": Responses257 2.Las obras del género sentimental constituyen una unidad. Valga por ahora indicar que incluso la "última" del grupo, de Segura, cita con frecuencia a la "primera", de Rodríguez del Padrón, entablando así un diálogo intertextual clave entre las obras del género. 3.Qué sea el género sentimental es ya algo más difícil de establecer. Me parece de rigor indicar que no es posible hoy en día acometer un análisis del mismo circunscribiéndose a un puñado de obras (las de Diego de San Pedro o Juan de Flores), dejando de lado el resto. Es, pues, necesario estudiar las obras sentimentales de los siglos XV y XVI. El hecho mismo de que el género esté a caballo entre dos siglos, entre dos épocas de la periodización literaria y entre dos momentos de la historia de la cultura ha hecho que los críticos tiendan en su mayoría a segmentar el género en "obras sentimentales del siglo XV" y "obras sentimentales del siglo XVI". Se nota en los últimos tiempos, sin embargo, una tendencia a esta incorporación de los dos siglos, en especial con las aportaciones de Aybar, Blay Manzanera, Deyermond (sin duda me dejo a otros críticos) y ya ahora de Gómez Redondo. 4.El género sentimental adquiere su estatus por referencia a sus características esenciales y por comparación con géneros afines, como dejaran claro los artículos de Harvey L. Sharrer y Lida de Malkiel sobre novela sentimental y novela artúrica. ítem más, no es posible estudiar la novela sentimental sin analizar sus relaciones con el género de la lírica cancioneril, de la dramaturgia tardomedieval (comedia elegiaca, comedia humanística, La Celestina, obras del entorno celestinesco, obras post-Celestina) y hasta de la égloga y primera comedia castellanoportuguesa (Juan del Encina, Torres Naharro, Gil Vicente, Lucas Fernández). No me parece que ello se deba exclusivamente al hecho (cierto) apuntado por Rohland de la existencia de marcas centrífugas de género, sino al hecho de ser la novela sentimental un género experimental...

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