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Forum UNA LANZA POR EL GÈNERO SENTIMENTAL... ¿FICCIÓN O NOVELA? Regula Rohland de Langbehn Universidad de Buenos Aires En vista del número 29.1 de La coránica: respuesta, ante todo, a Antonio Cortijo Ocaña y Barbara Weissberger. Cuando hace poco finalmente me cayó en las manos un ejemplar del número 29.1 de La coránica, me pasmó el hecho de que todo el mundo parece estar de acuerdo acerca del problema de que la "novela sentimental" no existe (más) o que es un "fantasma" (6). ¡Justo ahora, cuando yo creía haber dado en la clave! Quiero quebrar una (última) lanza y aclarar.... Ojo: no hablaré sobre lo "sentimental", hablaré tan solo sobre ficción o novela. Porque si le quitamos también el epíteto, el rey habrá muerto por cierto. Pensar que pocos años antes la descripción genérica de los textos sentimentales parecía un desiderátum, y ahora Cortijo Ocaña duda de su existencia y a Barbara Weissberger no le merece más que una nota al pie de página (dice "Regula Rohland de Langbehn has continued to wrestle with the generic integrity and evolution of the sentimental..." [206 n4]). Y mi libro, ni siquiera les merece una discusión punto por punto. Nadie me advierte dónde están los puntos débiles, que haber, no dudo que los haya. Pero mientras no se refuta como corresponde,¿no deberé pensar que se trata unas uvas muy acidas? Michael Gerii hasta me achaca que me habría olvidado del carácterproteico -agradezco el precioso nombre para definir la individualidad de las obras dentro de lo que los une- de lo genérico. A lo largo de la lectura de los trabajos que contiene el volumen finalmente caí en la cuenta de que lo que está en juego cuando se contraponen laficción y la noveh sentimental no es ya, para nada, una La corónica 31.1 (Fall, 2002): 137-41 138ForumLa corónica 31.1, 2002 cuestión de nombres, tal como traté de explicar, quizás ingenuamente, en el capítulo 1.2 de mi breve libro (12-15). Al contrario, se trata de una diferencia de fondo. Quienes hablan deficción, que es el nombre más indefinido entre los dos, se dedican a abrir la descripción de lo sentimental hasta aquel límite en que trasciende la genericidad. Lo ensanchan hasta donde forma serie con otras clases de textos, como las alegorías en verso del Marqués de Santillana (Alan Deyermond), o se integra en géneros existentes, como el caballeresco (Barbara Weissberger), o aun se le hace trasponer las fronteras nacionales (Deyermond 2000 y trabajos anteriores). El libro de Cortijo Ocaña (2001) se inscribe en esta tendencia. La designación "ficción sentimental" denota, entonces, una intención de quitar relevancia a lo propiamente genérico frente a la cantidad de rasgos comunes -de época, de estilo, de parentesco entre los motivos, del entorno social, de la temática- que definen la literatura del siglo XV en un nivel más general. El interés de estos estudiosos se dirige hacia los contactos con otros grupos de textos, en oposición a la intención de explicar por sí la gestalt de los textos sentimentales como una individualidad propia. En trabajos anteriores, que culminan en mi libro, por ejemplo, los trabajos de Antonio Gargano o la bibliografía de Whinnom, que según la historia de la investigación se remontan a cierto capítulo de Orígenes de la novela de don Marcelino Menéndez y Pelayo y no al año 1983, como quiere Weissberger (205 ni), se perseguía precisamente la definición de esta individualidad genérica. El hecho de las afinidades que ahora provocan el interés de los estudiosos es indiscutible, y, aunque no es mi tema, deseo hacer constar que, desde mi tesis doctoral publicada en 1970 hasta los tiempos más recientes, mis trabajos denotan un interés siempre vivo referido a los límites entre los textos sentimentales y su entorno, interés que también se...

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