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GENESIS Y TRANSMISIÓN DE LOS TEXTOS MEDIEVALES CASTELLANOS Pedro Sánchez-Prieto Borja Universidad de Alcalá 1. El texto y su historia En la página 42 de Noticia de un secuestro, de Gabriel García Márquez (1996), selee: Fue una operación tan rápida, que no llamó la atención en medio del tránsito alborotado del martes. Un agente de la policía encontró el cadáver desangrándose en el asiento delantero del carro abandonado; cogió el radioteléfono, y al instante oyó en el otro extremo una voz medio perdida en las galaxias. -Haber. -¿Quién habla?- preguntó el agente. Naturalmente, ese haber es homófono de "a ver", que es la representaci ón gráfica correcta de una manera de responder al teléfono en América, pero que, salvo en un texto literario que transcriba un diálogo como el de arriba, será raro encontrarla escrita.1 Como el genial escritor colombiano entregó a la editorial Mondadori el texto en formato electrónico, dactilografiado a partir de su borrador por su secretaria personal (y corregido sobre la versión electrónica), no parece descabellado pensar que el error estaba ya en el texto que se dio a la imprenta, y que no fue introducido por quienes en la editorial lo 1 Debo la observación a Jesús Moreno Bernal. Reconozco haber leído la obra sin percatarme del error. Ia corónica 30.2 (Spring, 2002): 47-Í03 48Pedro Sánchez-Prieto BorjaLa corónica 30.2, 2002 acomodaron para que viera la luz. Sabemos que el modo de editar moderno consagra las erratas del autor, e incluso los errores (un conocido escritor se lamentaba de que pasara desapercibido su traslado del Vesubio a Sicilia). La corrección de pruebas por auténticos profesionales es cada vez más cosa del pasado (aunque cuesta aceptar que editoriales de prestigio, y más en obras de tanta tirada, dejen pasar errores como éstos). Permítasenos llevar a García Márquez a la Edad Media, al s. XV, por ejemplo. Si García Márquez hubiera escrito de su puño y letra haber, es bastante probable que su secretario, sobre todo al final de una larga jornada de trabajo, pusiera "en limpio" haber, y siempre podríamos echar la culpa al fatigado ayudante. Cualquier editor avisado, cinco siglos después, podría restaurar la lección "auténtica" a ver a partir del único testimonio de su ayudante (y no haría tuerto al autor). Pero si ese ejemplar de puño y letra del secretario se pierde tras haber dado lugar a sucesivas copias y de esas copias sólo se conservaran dos cualesquiera, si ambas coincidieran en la lección haber los editores modernos tenderían a considerar emparentados los dos testimonios, pues ambos compartirían el error común haber por a ver. Tal clasificaci ón, basada en una coincidencia significativa tan clara, podría criticarse si se funda sólo en un error, pero no si hay dos o tres casos como éste. Dejemos la ficción. En un pasaje del Cantar de los cantares de la General, estoria de Alfonso X tres manuscritos traen "como las greyes de las trasquiladas que vinieron de la lavor" (4,2). Como la Vulgata dice "ascenderunt de hvacro" parece claro que es un error por "... que vinieron del lavar". En realidad hallé la respuesta de manera casual. La lección correcta es la que traen los manuscritos, pues el vocablo "lavor" se había especializado para diversas faenas.2 Puesto que el conocimiento de la historia de la lengua es a día de hoy imperfecto, toda prudencia es poca a la hora de dar por erróneas lecciones que escapan a nuestra comprensión. Se ha dicho que el falso error común es el más común de los errores en que incurre el filólogo (Rico 2001: 544).' 2 General estoria, Tercera Parte, vol. IV, Libros de Salomón, (ed. Sánchez-Prieto Borja y Horcajada Diezma 1994). En las ordenanzas de los regidores de Guadalajara (Escorial X.II. 1 9): "Otrossí ordenaron que cualquier...

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