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RENUEVOS DE LA FILOLOGIA Joaquín Rubio Tovar Universidad de Alcalá 1. Viejos y nuevos caminos de la filología Pertenezco a una generación de profesores que se formó en las disciplinas que constituían el núcleo de la venerable filología. En la base del lejano plan de estudios que hube de seguir había tres grandes dedicaciones: la historia (historia de la lengua, historia comparada de las lenguas, historia de la literatura), la morfosintaxis y sus disciplinas vecinas, y la edición de textos. Estas tres grandes áreas invitaban a interpretar las obras literarias de acuerdo con la época en la que nacieron, a conocer a fondo su lengua y a proponer una edición según los principios de la crítica textual. Esta última (o penúltima) organizaci ón de saberes apenas reflejaba ya el profundo debate intelectual que convirtió a la filología en la vanguardia de las humanidades.1 La historia de la filología es la de un prolongado debate entre concepciones e ideas, en el que han intervenido historiadores, editores de textos y gramáticos, animados muchas veces por el activo de orientaciones ideológicas diferentes. Piénsese en el profundo desacuerdo entre Menéndez Pidal y Bédier, la apasionada discusión entre los partidarios y los adversarios del neolachmannismo, las diatribas de Croce contra casi todos, la continua reflexión sobre la ciencia (y el arte) de editar textos -desde Pasquali y Barbi hasta Orduna y Segre-, ' Desarrollo el contenido de estas páginas en mi próximo libro Im vieja diosa. De Ia filología a Ia ¡¡osmodernidad. en el que estudio algunas transformaciones que han sufrido los estudios literarios, y en particular los que preconizaba la filología (La vieja diosa). En el presente artículo me he ceñido a los estudios de Diego Catalán y de Vittore Branca, pero en el libro me ocupo de las propuestas de otros filólogos y críticos. E\ corónica 30.2 (Spring, 2002): 23-46 24Joaquín Rubio TonarIm, corónica 30.2, 2002 y recuérdese el reciente debate acerca de si los textos deben estudiarse y editarse como monumentos o como documentos. H. R. Jauss no aborda la escritura de la historia con el mismo criterio de Lanson, y no por ello dejan ambos de ser historiadores. El tronco del que salieron tantos y tan variados estudios se formó con la ayuda de disciplinas como la historia, la paleografía, la morfosintaxis, la dialectología, la crítica textual, la retórica, etc., necesarias para entender un texto, determinar su autor, su fecha, el estado de la lengua que muestra y, en definitiva, ofrecer una interpretación de la obra literaria. Muchas de estas disciplinas se han desarrollado después a su modo y manera, y se han independizado del viejo tronco, pero no es de extrañar que, de acuerdo con la primera formulación de la filología, de aquella necesidad de contar con el concurso de una gavilla de materias y con la inveterada necesidad de rebatir posturas contrarias, los filólogos vuelvan una y otra vez a disciplinas vecinas para explicar y definir viejos y nuevos conceptos. No me parece un despropósito, sino la continuación de una fértil tradición, el que la filología, tal y como se entiende en este monográfico (la edición, la comprensión y la crítica de textos), acuda a disciplinas vecinas para continuar su andadura. Mi propósito en estas páginas es recordar dos propuestas novedosas que parten de antiguos intereses de la filología: la edición de textos y el estudio de los manuscritos. No me referiré a la crítica textual neolachmanniana, sino a nuevos caminos abiertos por filólogos de la vieja escuela. 2. Antiguas y modernas categorías de los estudios literarios Hasta no hace mucho tiempo, los estudios literarios en Occidente se apoyaban en cimientos que parecían sólidos. Sus objetivos y su metodología estaban claros y perfectamente asentados en el terreno conceptual y en el sistema universitario. Miles y miles de alumnos, que serían después...

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