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JUAN PEREZ "PETREYO" Y SU TEATRO ESCOLAR. EL CASO DE LOS SUPPOSITI Antonio Cortijo Ocaña University of California, Santa Barbara El comienzo del teatro renacentista en la Península es tema de interés por múltiples razones.1 La Celestina, obra que se sitúa en la bisagra de dos siglos, recibe influjos medievales y también de la nueva época cuya realidad "refleja". Por las mismas fechas la actividad dramática en Castilla (y en la Península en general) dará muestras de una salud robusta, dejando así, al decir de críticos y estudiosos, el estado casi inexistente en que se ve postrada durante la Edad Media. Además de los nombres de dramaturgos castellanos (Juan del Encina, Lucas Fernández, Torres Naharro, etc.), en quienes se ven tendencias que los ligan a la época medieval o los aupan hasta la renacentista, debemos mencionar dos ámbitos más de representación y vida teatrales: la cortesana y la escolar. Esta última, y en latín, no sólo se dedica a traducciones de clásicos, como pareciera ser opinión generalizada. El caso de Petreyo demuestra que entre cultura en castellano y cultura latina hay nexos de unión que conviene explorar. Juan Pérez, "Petreyo", se aplica durante la década de los años 30 y 40 del siglo XVI a adaptar y traducir del italiano al latín a Ariosto, el gran dramaturgo de la comedia culta italiana, cuya actividad ha de situarse a caballo entre los siglos XV y XVI. Petreyo se sitúa en la avanzadilla de una corriente teatral (las condiciones para el "experimento" de Petreyo ya se habían fijado a fines del siglo XV en las universidades españolas) que luego recogerá Lope de Rueda (que también adapta comedias italianas, aunque ahora al castellano) y que habrá de llegar hasta Lope de Vega. 1 Este trabajo será en breve culminado con mi edición, estudio y traducción al español de la comedia Suppositipara los AnejosRilce (Pamplona, Universidad de Navarra, 2001) . La corónica 29.2 (Spring, 2001): 59-77 60Antonio Cortijo OcañaLa corónica 29.2, 2001 Las obras dramáticas de origen "italiano" de Juan Pérez, Petreius (Petreyo), aunque publicadas en 1574, fueron con toda probabilidad escritas entre 1537 y 1545. Las cuatro que se nos han conservado (está confirmado que escribió más que no nos han llegado; a ellas habrían de unirse Ate relegata, y Chrysonia, que pertenecen a otro tipo diferente y de las que se hablará más adelante) son traducciones al latín de cuatro obras italianas, tres de Ludovico Ariosto y una anònima, Gl'Ingannati (ver infra), a la que se suele dar la autoría conjunta de la Accademia degli Intronati de Siena. Este hecho inusual, traducción del vernáculo al latín,junto a la novedad del conocimiento de precisamente estas obras italianas (enormemente influyentes en la evolución del teatro vernáculo europeo en el siglo XVI) hacen que la obra de Petreyo alcance una proporción inusitada. La fecha de composición es tremendamente temprana para lo relativo a las producciones teatrales latinas en la Península. La actividad dramática en vernáculo en España en el primer tercio del siglo XVI se centra mayoritariamente en Salamanca y Valencia, para un teatro vernáculo, y tiende su mirada hacia el foco magno de producción italiana a medida que avanza la centuria. Del entorno salmantino procedían, con cierta anterioridad a Petreyo, los nombres de Juan del Encina y Lucas Fernández para el teatro vernáculo (y con un primer influjo salmantino y la duda de su paso por las aulas de la universidad castellana el portugués Gil Vicente). De 1517 (Ñapóles) data la publicación de la Propalladia de Bartolomé de Torres Naharro, obra en que las influencias italianas son más que decisivas y que la crítica tiene problemas para relacionar con la primera producción teatral de la Península.2 Sí interesa señalar que en esta obra se incluía la que tiene por título Seraphina, en...

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