Vida teatral en Córdoba (1602-1694): autores de comedias, representantes y arrendadores. Estudio y documentos (review)

Esta obra de Ángel María García Gómez es el tercer volumen de una trilogía, en la que el primer volumen (Fuentes XV) se dedicó a la reconstrucción de la Casa de las Comedias, que era un bien de propios del concejo de Córdoba. En el segundo volumen (Fuentes XXXIV) se estudiaron las relaciones entre el cabildo municipal, que, presidido por el corregidor, estaba constituido por regidores y jurados; los arrendatarios, que, previas las pujas y remates correspondientes, arrendaban por períodos de tres años aquel bien de propios para su explotación económica. En este tercer volumen, que me cabe el honor personal y satisfacción profesional de reseñar, se abordan formalmente los siguientes temas: el contenido exhaustivo de contratos y poderes para representar en Córdoba y en otras localidades en cuatro períodos debidamente separados; el transporte de representantes y ropas en dos períodos; los asientos de representantes y formación de compañías en aquellos mismos cuatro períodos; compras y prendas; préstamos y deudas en tres períodos; los pocos manuscritos de comedias conservados; los privilegios de la corte de Madrid, pero también de Granada por ser residencia de la Chancillería; unos cuantos testamentos de gente de teatro (cobrador, representante y autor de comedias); una semblanza socioeconómica de uno de los arrendatarios más significativos, Andrés de Morales Chirinos; una importante catalogación de autores con y sin título de S. M.; para concluir con un detallado elenco de las diversas compañías que actuaron a lo largo de casi un siglo.

La indudable relevancia científica de esta "introducción", que habría que llamarla más adecuadamente "estudio preliminar" por las profundas y contrastadas interpretaciones historiográficas que aportan nuevos y sólidos conocimientos históricos, está, no sólo en la minuciosa presentación formal de los 401 valiosos documentos transcritos, sino también en la enjundia de su contenido, que abarca complementariamente aspectos sociales (el teatro como entretenimiento de masas e instrumento de control social frente a los problemas ocasionados por las pestes y guerras); culturales (un teatro que, como empresa cultural, descuidaba la dimensión artístico-literaria, sacrificando la calidad ante la novedad); político-eclesiásticos (importancia del poder civil del cabildo municipal, pero también del cabildo eclesiástico, que controlaba el pensar y sentir de la gente a través de unos valores católicos), y, sobre todo, económicos, según los cuales el teatro era, antes que nada, una empresa económica de la que se beneficiaban el cabildo municipal en primer lugar; los arrendatarios que negociaban con rentas, préstamos y ayudas; y algunos hospitales, a los que se les entregaba una pequeña cantidad.

Amén de este rico contenido, que es el resultado científico de una rigurosa y contrastada interpretación historiográfica, las coordenadas espacio-temporales son de la máxima importancia. Si bien el espacio es Córdoba, en su doble dimensión de ciudad y de capital de reino, constantemente se está comparando la vida teatral cordobesa con la de Madrid, Valencia y Sevilla, de tal manera que se nos ofrece y, sobre todo, se nos sugiere un inmejorable marco comparativo. Y desde la perspectiva temporal, que abarca desde 1602 hasta 1694, hay que destacar la yuxtaposición ejemplar de los tiempos cortos (la firma de un contrato en un momento determinado) con los coyunturales (las características comunes de unos 30 años aproximadamente), sin perder nunca el horizonte secular del llamado "siglo de oro". Con ello el autor sitúa magistralmente la nota episódica, fugaz, de cualquier hecho contingente e irrepetible en el pentagrama casi permanente de un siglo.

Si las fuentes son siempre fundamentales como base inexcusable de todo trabajo hist...