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  • "Jacob y el otro" y el juego de las identidades
  • Alma Bolón (bio)

Dos nombres propios para uno

En "Jacob y el otro", desde el título, se plantea un enigma que no se termina de resolver, que perdura e impide la anagnórisis.

"Jacob" es el nombre de pila del luchador viejo y cansado que, de gira junto a su representante el príncipe Orsini, llega a Santa María. Inevitablemente, el nombre del luchador "Jacob" recuerda al Jacob bíblico, celebrado, entre otras peripecias, por su lucha con el ángel. En ese episodio del Génesis, Jacob se ha quedado solo, y ha luchado con "él un varón hasta que rayaba el alba". El relato bíblico de esta lucha es bastante confuso. Por ejemplo, así prosiguen los versículos que dan cuenta de la pelea: "Y como vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y descoyuntóse el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame que raya el alba: Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices. Y él le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob."(Génesis, 32, 24–27)

En el relato bíblico, las formas pronominales (en lugar de los nombres propios) y la sucesión de hechos planteados no facilita la comprensión sobre quién lleva las de ganar en ese combate. Igualmente, queda suspendida la identidad del contrincante de Jacob: "Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió; ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y bendíjolo allí." (Génesis, 32, 29). La tradición exegética interpretó que quien había entablado pelea con Jacob era Dios, bajo la forma de un ángel. De ahí, que ese episodio suela aparecer bajo el título "Jacob lucha con el ángel", lo que parece coincidir con la afirmación del propio Jacob: "Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel: porque vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma." (Génesis, 32, 30).

Sin embargo, la ausencia de nombre del rival de Jacob se corresponde con los dos nombres propios de este último, quien en ese episodio es bautizado "Israel": "No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel: porque has peleado con Dios y con los hombres y has vencido". (Génesis 32, 28). Gracias a la pelea con el ángel, el hijo de Isaac deja de llevar el nombre que significa "el que suplanta" ("Jacob"), para pasar a llevar el que significa "el que lucha con Dios" ("Israel"). [End Page 141]

En síntesis, el relato bíblico -al que inevitablemente refiere el relato onettiano- juega con la identidad de los contrincantes (dos nombres propios versus ninguno) y con el desarrollo incierto del combate.

Tres voces para un canto

El cuento de Onetti "Jacob y el otro" tiene varias particularidades. Por ejemplo, hay una serie de narradores que van sucediéndose: Cuenta el médico; Cuenta el narrador; Cuenta el príncipe. Los diferentes narradores no brindan tres versiones diferentes de los mismos acontecimientos: no constituyen tres representaciones de un mismo espacio temporal. Los narradores tampoco se suceden cronológicamente, no se reparten el relato según un sistema en que uno toma la posta que el otro deja. Ni juego de repetición de lo mismo, ni juego de relevos.

El relato del médico es el más abarcativo temporalmente: cubre la semana que va desde la llegada de Orsini y Jacob al pueblo hasta la partida del príncipe y del vencedor, inmediatamente después de finalizada la pelea. El médico comienza su cuento por el casi final, cuando el sábado de noche está "aburriéndo[se] en la mesa de póker del club", cuando el combate acaba de terminar y quien quedó descalabrado necesita su intervención urgente. Ese cuasi final sigue avanzando hacia su conclusión, y llega hasta la mañana del domingo, cuando el médico ya resucitó al descalabrado y, ya en su casa, se apresta a tomar los somníferos que lo lleven al sueño...

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