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upon Angel Valbuena Prat; from his being named an Officer d'Académie in 1934 to his Corresponding Membership in the Hispanic Society of America, 1961, for example. The Calderón bibHography prepared by the Research Committee of Spanish 3, MLA, in 1971, paid frequent and special tribute to Angel Valbuena Prat's high achievements , and, in closing, toasted his future welfare. All we Comediantes join with Hispanic teachers and scholars on all continents to proclaim our esteem for an outstanding fellowworker , now elected to a post of honor among us. UN NUEVO SEUDÓNIMO DE LOPE Y EXPLICACIÓN DE OTRO Rafael Osuna, University of North Carolina Es muy conocido el hecho de que Lope gustaba esconderse tras los personajes de sus obras; a veces el personaje llena toda la acción, como es el caso del Fernando de La Dorotea, aunque las más sólo hace una aparición fugaz. Los enmascarados Lopes no sólo asoman en sus comedias, sino también en sus libros en prosa, sus poemas épicos y su lírica mayor y menor. Si el seudónimo de Belardo es el más conocido , no es éste el único; S. G. Morley dejó compilada una larga lista de ellos en su ya clásico trabajo "The Pseudonyms and Literary Disguises of Lope de Vega".1 Y no era sólo a sí mismo a quien él favorecía con esta ficticia onom ástica; también a sus amantes y esposas: las Filis, Belisas, Lucindas y Amarilis de tantas emocionadas páginas . Existe un seudónimo de Lope, con todo, que ha pasado inadvertido a las escrutadoras investigaciones de los lopistas . Es el Bato que aparece en la Historia de Tobías, a la que Morley y Bruerton fechan entre 1606 y 1615, probablemente 1609.2 En esta obra, este Bato hace una enumeración de vituallas que trae para Sara, interrumpiéndose a sí mismo para hacer esta aclaración: No traigo frutas, ni enjutas servas, ni pero ninguno con su afeite, por si alguno espera que pinte frutas; que andan unos, no sé quiénes, copiando y diciendo mal. . . . (B.A.E, CLIX, 115) Estas palabras son una afirmación de propiedad intelectual, pues ninguno de sus contemporáneos hizo tantas pinturas frutales como Lope. La continuidad de este tema en su obra es asombrosa. Para referirnos sólo a comedias anteriores a 1615, fecha ad quem de la nuestra, ya aparece en Belardo el furioso (B.AE., CLXXXVIII, 81), Las burlas de amor (Ac.N,I, 57), Los amores de Albania y Ismenia (AcN, I, 23), La pastoral de Jacinto (B.A.E, CLXXXVIII, 17, 54), Los muertos vivos (AcN, VII, 644), El vaquero de Morana (Ac, VII, 570), EZ testimonio vengado (B.A.E, XLI, 411), La hermosa Alfreda (AcN, VII, 226), Las Batuecas del duque de Alba (Ac, XI, 520), La fe rompida (AcN, V, 543), EZ hombre de bien (B.A.E, LII, 191), Angélica en el Catay (Ac, XIII, 433), Las famosas asturianas (B.A.E, XLI, 473) y EZ galán de Ia Membrilla? Aparte de sus comedias, las descripciones frutarías también asoman en obras a las que, por haberse impreso y ser más ambiciosas, hay que conceder mayor importancia. Son ellas La Arcadia (B.A.E, XXXVIII, 56, 63), el Isidro (ib., 293), La hermosura de Angélica (Obras sueltas, II, 247) y Los pastores de Belén,'' sin olvidar la Descripción de "La Abadía" (B.A.E, XXXVIII, 454). En comedias de atribución insegura, no dejan de asomar tampoco estas cornucopias frutales. Baste citar Las sierras de Guadalupe (AcN, IX, 485) y Más vale salto de mata que ruego de buenos (AcN, VII, 378). Por cierto que los pasajes de estas dos comedias son estilísticamente gemelos de los de las obras citadas; un día habrá que complementar , pues, los criterios versificadores de Morley y Bruerton con otros temáticos, léxicos o sintácticos; la versificaci ón no nos ha dicho todo ni sobre las fechas ni sobre la autoría de las comedias de Lope. Ahora bien, ¿quiénes serían esos...

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