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Reviews DIETZ, DONALD THADDEUS. The Auto Sacramental and the Parable in Spanish Golden Age Literature. Chapel Hill: North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures, No. 132, 1973. Tela, 208 págs. El que las parábolas evangélicas fueran importante fuente de inspiración de los autos sacramentales es cosa que se explica, según Dietz pone en claro en el primer capítulo de su libro, porque ambos géneros literarios tuvieron en común el propósito didáctico y la presentación de una historia que debía entenderse no literal sino figuradamente . Los escritores de autos sacramentales , empeñados en la presentación dramática de abstracciones, encuentran para ello un precedente de garantizada aceptación popular en la parábola que durante siglos había sido interpretada alegóricamente por la exegesis bíblica, la predicación, la literatura moral y las artes plásticas. La facilidad con que el público español admitió las alegorías del auto se debería, creo yo, a esta tradici ón multisecular (a la que se añade el gusto, general en la época, por los emblemas o empresas, jeroglíficos y enigmas), más que a la indemostrable peculiaridad española que parece sugerir Dietz al decir que "the Spanish people, through their culture, were oriented to accept allegory and symbolism as a way of life" (p. 34). Por otro lado habría sido necesario notar que si el didactismo hace aproximables parábola y auto, éste se distingue de aquélla por el carácter ritual de su "enseñanza." Cristo enseñaba de verdad algo nuevo con sus parábolas, mientras que el auto repite ritualmente, y para glorificarla, una doctrina archiconocida de sus espectadores. En los capítulos II y III Dietz hace su aportación más valiosa: el análisis cuidadoso y ordenado de más de treinta autos sacramentales de los siglos XVI y XVII compuestos sobre ocho de las más famosas parábolas de Cristo. Para ello se pasa revista a autos, algunos aún inéditos, tanto anónimos como de autores conocidos: Timoneda, Sebastián de Horozco, Lope de Vega, Valdivieso, Mira de Amescua, Luis Mejía de la Cerda, Calderón, Rojas Zorrilla y, Jacinto Cordero. Dietz presta atención al sentido de cada parábola y su relación con otras, compara hábilmente las relaciones entre diversos autos sobre la misma parábola y, sobre todo, hace una historia del desarrollo de los valores dramáticos de estos autos. Partiendo de la base de que "the essence of drama is conflict" (pp. 102, 172) y que "The expansion and the development of the dramatic role of the allegorical figures determine to a great degree the amount of action and dramatic conflict the auto playwrights achieved in presenting the gospel parable" (p. 176), Dietz divide los autos de su estudio en cuatro etapas que van desde la simple presentación de personajes alegóricos con escaso papel dramático ( siglo XVI ) a la calderoniana caracterización múltiple y creación de personajes con múltiple papel alegórico. La lógica conclusión a que lleva esta historia, que, puntualizada y acompa- ñada de la valoración de los cinco grupos mayores de autos estudiados, forma el capítulo final del libro, es obvia: Calder ón es, por la perfección de sus estructuras dramáticas, la complejidad de sus alegorías y la profundidad de su teolog ía, la cima del género y, desde esta altura , todo lo anterior resulta pobre. Malparado de la comparación con Calderón sale sobre todo Lope de Vega. Creo, sin embargo, que otros hubieran sido los resultados de este careo si Dietz no hubiese soslayado la índole ritual del 114 auto (más o menos considerada en los trabajos de Bataillon, Wardropper, R. G. Barnes y aun en los manuales de Pfandl y Margaret Wilson), un género cuyo propósito edificante se subraya por encima de las aspiraciones intelectuales que Ie daría Calderón (al fin y al cabo la mucha teología calderoniana no impide que en Los misterios...

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