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LOS PROLOGOS DE PARTES IX-XX DE LOPE DE VEGA Thomas E. Case, San Diego State University Cuando Lope de Vega empezó a dirigir personalmente la publicación de sus comedias en 1617 con Parte IX, aprovechó la ocasión para iniciar una serie de prólogos para explicar su postura ante varios problemas que entonces le aquejaban. Estos doce prólogos de Partes IX-XX (1617-1625), con las dedicatorias de Partes XIII-XX y los papeles publicados en La filomena y La Circe, representan una fase importante y curiosa en la inmensa producción literaria del Fénix de los ingenios.(1) Nuestro propósito en este breve trabajo es examinar las causas y el contenido de estos prólogos y explicar su relaci ón con la vida y la obra del dramaturgo. No hace mucho tiempo el profesor Alberto Porqueras Mayo estudió el prólogo del Siglo de Oro como una forma literaria independiente.(2) En su estudio señala cómo son los prólogos «vehículos doctrinales, ensayos sobre la vida y las letras, audaces manifiestos literarios, documentos polémicos de las distintas banderías ideológicas. »(3) Explica además que «los prólogos son el último recurso que tiene el autor para justificar una postura o reforzarla con unas páginas proemiales de brillantez penetrantes. »(4) Ahora bien, Lope tenía la costumbre de escribir un prólogo para todos sus libros. El primero fue a LaArcadia en 1598 en el cual se nota su efusión poética y espíritu personal . El primer prólogo realmente importante es el de su Peregrino en su patria cuyas dos partes, de 1604 y 1618, tenían listas de comedias escritas en la fecha de su publicación (219 y 438 respectivamente), listas que más tarde fueron indispensables para determinar la fecha de composición de las comedias. El prólogo de la primera parte es importante también por otras razones. Ya blanco de la sátira, sobretodo de Cervantes y de Góngora, Lope se sierve de este prólogo para contestar a sus detractores. Declara acerbamente : «Ay muchos que por la opinión de otros condenan lo que ignoran, y sin ellos no hablan, como los reloxes, que no pueden dar si otro no les sube la cuerda; o como los instrumentos, que la destreza se deue a la mano agena y a ellos las bozes solas. »(5) Concluye: «Yo no conozco en España tres que escriuan versos: ¿cómo ay tantos que los juzguen? »(6) Otros prólogos, publicados antes de 1617, no ofrecen interés especial; algunos, como el de la Jerusalén conquistada (1609), se caracterizan por sus vuelos pedantescos. Antes de 1617, el contenido de los prólogos de Lope no era muy polémico ni doctrinal. Los años 1617-1624, fecha de Partes IX-XX, eran de gran intensidad personal para Lope. Después de una vida andariega, en 1610 Lope compró una casa en Madrid y se decidió a asentar la cabeza con su segunda esposa, Juana, y sus hijos Marcela, Lope y Carlos. En 1613, murió Carlos y luego 19 también Juana, al dar a luz a una hija, Feliciana. Desesperado por estos reveses, Lope tomó órdenes como sacerdote en 1614, pero pronto descubrió que no podía dejar sus hábitos adquiridos antes. A fines de 1616, se enamor ó de Marta de Nevares, y el año después nació una hija, resultado del amorío. En años posteriores esta aventura era la causa de mucha congoja espiritual. El año 1617 era particularmente uno de crisis para el gran poeta. Por un lado había el problema de los culteranos a cuya poesía se oponía Lope. Por otro, había la oposición de los artistotélicos encabezados por Suárez de Figueroa a la comedia nueva de Lope y sus seguidores por la falta de reglas clásicas. Esto llegó a su apogeo en 1617 en la libelosa Spongia de Pedro de Torres Ramila.(7) Se añade a esto la calamitosa situación de la corte de Felipe III y los escándalos...

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