Abstract

Las comedias históricas de Lope de Vega, basadas en substratos de crónicas, leyendas o romances, cubren un extenso y rico período: desde los inicios de la Reconquista hasta la muerte de Felipe II. Las comedias enmarcadas en períodos más recientes (Reyes Católicos, Carlos V, guerras de Flandes, descubrimiento de América) cumplían una múltiple función: informaban sobre unos hechos, idealizaban un presente cercano y establecían una identidad próxima al espectador. Tal género de comedias sigue sin ser críticamente editadas y menos estudiadas en su triple función. Representan una historia ficcionalizada, ejemplifican una forma de conducta y presentan y representan modos de ser, de actuar y de pensar. Pero a veces su discurso es críptico, reflejo. Presentan una conducta desechable o un comportamiento lejos de ser ejemplar. Éste se representa con frecuencia bajo personajes nobles y distinguidos. Tal oblicuidad infiere una dramaturgia que raya con los presupuestos (latu sensu) de la alegoría, El presente ensayo tiene por objetivo establecer la conceptualización del discurso histórico, su enlace como discurso político y su doble manipulación al ser sutilmente enmascado bajo la connotación alegórica que delata oscureciéndolo; en palabras de Cicerón, en sus Cartas a Ático, allegoriais obscurabo. (AC-R)

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