Abstract

La representación de la inversión sexual en los entremeses aseguraba una explosiva carcajada de parte del público de los corrales y, por ende, el éxito de la obra. Ahora bien, cabe preguntarse si esta representación del sexo travestido era subversiva o no. ¿Conllevaba la inversión sexual una reconsideración de la construcción cultural del género en la España de los Siglos de Oro? El marión de Francisco de Quevedo y Los mariones de Luis Quiñones de Benavente son campo fértil para explorar estas cuestiones. Ambos entremeses se basan en la combinación de la inversión sexual con la parodia de las comedias de capa y espada. No obstante, el entremés de Quevedo produce una risa violenta mientras que el de Benavente resulta en una comicidad más jovial. A partir de un marco teórico basado en los estudios de Judith Buttler sobre el género y la sexualidad, y en las investigaciones de Mikhail Bakhtin sobre el carnaval, mostramos que el tratamiento de la inversión sexual (problemático y carnavalesco en Quevedo, transparente y descomplicado en Benavente) está a la base de la diferencia del efecto cómico y del comentario social que hacen los dos entremeses.

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