Abstract

El objeto de mi trabajo es mostrar que el recorrido de Segismundo a lo largo de La vida es sueño se puede interpretar mejor como el proceso para la consecución de un ser (como el paso del noser al ser), que reduciéndolo a sus extremos meramente políticos. Mi hipótesis es que a Segismundo se le plantean tres problemas principales, cuya solución teórica está perfectamente ensamblada con la organización de la acción dramática por parte de Calderón. Estos asuntos son: un problema de identidad, un método práctico con el que dirigir su comportamiento sin riesgos de ser encerrado y, sintetizando los anteriores, la consecución de una vida que vivir. A la vez, me propongo señalar la modernidad de los problemas filosóficos que preocupan a Calderón, poniéndolos en relación no sólo con las teorías antiguas y renacentistas, sino principalmente con las direcciones que el pensamiento moderno asumirá a partir del siglo XVII. Pensamiento científico, experimentalismo, escepticismo, racionalismo práctico e instrumental son algunas de las diversas posibilidades teóricas que Calderón ensaya dramáticamente en los distintos personajes; ensayos que conducirán a una concepción precaria de la capacidad cognoscitiva del ser humano y a un decidido recurso al individuo como última instancia fiable de la realidad. Creo que para Calderón las teorías pasadas no eran ya suficientes para explicar "el confuso abismo" en que consistió el tránsito al mundo moderno, y las diversas pruebas teóricas que necesitaba quedan perfectamente unidas a las posibilidades dramáticas de la obra.

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