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Reviews95 ough familiarity with the major critical writings on the Interludes, and refers the reader to those studies when appropriate. The only truly glaring omission I have noticed is her failure to cite Enrique Martinez Lopez's article "Mezclar berzas con capachos: armonía y guerra de castas en El entrem és del retablo de las maravillas de Cervantes" (Boletín de la Real Academia Española 72 [1992]: 67-171), probably the single most thorough and authoritative study of The Marvelous Puppet Show. The book's concluding section, "Cervantes and the Critics," contains a series of representative quotations from critics who have written about the Interludes from the mid-eighteenth century to recent times, amply demonstrating that, with very few noteworthy exceptions (such as George Ticknor 's favorable assessment, dating from 1879), these playlets have found an appreciative audience only in the late twentieth century. Dawn Smith's splendid translation will surely do much to enhance their reputation among English-speaking readers. Michael McGaha Pomona College Vélez de Guevara, Luis. El espejo del mundo. Edición crítica y anotada de William R. Manson y C. George Peale. Estudio introductorio de Maria Grazia Profeti. FuUerton, California: Cal State FuUerton Press, 1997. Vélez de Guevara, Luis. El conde don Pero Vélezy don Sancho el Deseado. Edición crítica y anotada de William R. Manson y C. George Peale. Estudio introductorio de Thomas E. Case. FuUerton, California: Cal State FuUerton Press, 1997. Vélez de Guevara, Luis. Don Pedro Miago. Edición crítica y anotada de William R. Manson y C. George Peale. Estudio introductorio de C. George Peale. FuUerton, California: Cal State FuUerton Press, 1997. Las técnicas de crítica textual —práctica académica de rancio abolengo, cuyos inicios pueden trazarse a Petrarca en Avignon, y que no consiste exclusivamente en anotar y publicar un texto literario— parecen haber despertado escaso interés entre los "comediantes" norteamericanos de los últimos veinticinco años. Con la excepción de Margaret Greer, Charles Ganelin, Carol Bingham Kirby, Michael McGaha y quizá algún otro de quien me olvido, los actuales especialistas del teatro del Siglo de Oro español han destinado sus ediciones de comedias principalmente para el uso de estu- 96BCom, Vol. 50, No. 1 (Summer 1998) diantes. Las notas no van más allá de explicar el vocabulario y el texto que se edita es el que está más a mano. Una edición como la de La estatua de Prometeo, de Margaret Greer (1986), es rara avis. En general, el "comediante " norteamericano parece sentir mayor atracción por la Teoría de la Literatura —la de(s)construcción, el feminismo, el historicismo, el marxismo, el postmodernismo— que por fijar el texto teatral, objeto de su estudio. Me parece a mí que al tratar de emular a los grandes y pequeños críticos de la industria shakespiriana, se nos olvida que ellos están elaborando sus teorías sobre bases mucho más sólidas —en lo que respecta la crítica textual— que las nuestras. La moderna tradición científica de crítica textual sobre el teatro isabelino cuenta ya con más de un siglo de existencia y con gigantes como R. B. McKerrow, W.W. Greg y Fredson Bowers. Es, además, una disciplina que todavía da lugar a apasionantes polémicas, como la provocada recientemente por Jerome J. McGann. En el mundo del teatro del Siglo de Oro espa ñol hemos empezado también a hacer nuestros pinitos. La labor de Edward M. Wilson, y especialmente de sus discípulos Don Cruickshank y Victor Dixon, junto con distinguidos bibliógrafos como Maria Grazia Profeti, Alberto Blecua y Jaime Moll, comienza ya a dar fruto. Tenemos a nuestra disposición ediciones científicamente respetables de algunos textos teatrales áureos, como los publicados por Tamesis y algunos —no todos— de los de Edition Reichenberger. También son dignas de mención las ediciones críticas que han sido o serán publicadas en la Colección Biblioteca Clásica, dirigida por Francisco Rico, como las recientes de Las mocedades del Cid, de Stefano Arata, y de...

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