Abstract

Este estudio intenta revelar una relación fundamental entre las corrientes literarias más populares en Roma a principios del siglo XVI y la obra de Juan del Encina. La imagen central de Plácida y Victoriano, una mujer durmiente cerca de una fuente, corresponde a uno de los motivos predominantes en la iconografía de la segunda Academia romana, cuya antología, la Coryciana, fue su mayor aportación literaria. Las actitudes filosóficas de Ficino que utilizó Encina, y el uso de sincretismo del mundo pagano y el cristiano, apoyan el intento por Encina de recrear un mundo dramático que busca representar la complejidad del ambiente de la corte del Papa Julio II.

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