Abstract

Luis Quiñones de Benavente testó el 17 de agosto de 1651, ocho días antes de su muerte, en Madrid ante Nicolás Martínez Serrano, escribano de su Majestad y de Provincia. Dejó como testamentarios a Joseph González de Escalante, Secretario del Santo Oficio de la Inquisición, y al Maestro Francisco Aguado, Teniente cura de la Santa Iglesia Parroquial de Señor San Sebastián. Tuvo por testigos a los Contadores Diego García de Armesto y Andrés de Ibarra, así como a Bartolomé de Castillejo, Alonso Martín y Miguel de Ontiveros, vecinos y estantes en la villa de Madrid. El testamento revela la pobreza en que muere el gran entremesista del Siglo de Oro español, que apenas deja más que deudas a doña María de Turienco, a quien nombra su heredera universal en agradecimiento a los ciudados que le prestó durante largo tiempo. Además del testamento, se incluye una carta de pago y noticia de la visita al testamento, así como el estado de la cuestión de las investigaciones realizadas en Archivos Parroquiales de Toledo, en busca de su partida de bautismo, cuya localización —aún no lograda— pudiera arrojar luz sobre la fecha de su nacimiento y el nombre de sus padres. (MLL)

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