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198BCom, Vol. 55, No. 2 (2003) telling seventeenth-century Shakespeare plays such as / Henry IV, Othello, or Richard II, not to mention English, French, and Italian neoSenecan Renaissance dramas, would convince Cmickshank that such a view is simply inadequate. The Americo Castro tradition is much to blame for this. That notwithstanding, one admires Cmickshank in the conclusion for admitting that he no longer believes that El médico condemns anything (i.e., the honor code) or anyone (e.g., Don Gutierre or King Don Pedro). If£7 médico de su honra deals with the ironic failure ofpeople who are unable to mie their lives, as Cmickshank asserts most eloquently (101), then perhaps "honor" itself is not the bugbear of the play. El médico de su honra may indeed be Calderon's bleakest work, as Cmickshank suggests (102). In the absence of Divine Providence, it is also a modem and perhaps even timely play. A. Robert Lauer University of Oklahoma Martin, Vincent. El concepto de "representación" en los autos sacramenlales de Calderón. Teatro del Siglo de Oro. Estudios de Literatura 72. Pamplona: Universidad de Navarra / Kassel: Edición Reichenberger, 2002. 224 pp. Vincent Martin ha realizado un cuidadoso volumen, en el que lleva a cabo un denso escrutinio del tema que da título a su inquisición. Las fiestas sacramentales, dice, presentan un diálogo teológico-filosófico entre el hombre y Dios, que concluye con el triunfo jubiloso de la fe (203). Calderón "transforma en 'representable idea' una poesía meditativa que pondera el misterio divino, haciéndolo presente y visible ante los ojos del espectador" (35). Una selección de textos prefiguran ese tratamiento de la "representación." Pasajes de San Clemente de Alejandría, San Agustín, Santo Tomás, Marsilio Ficino, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, Francisco Suárez y Baltasar Gracián, entre otros, pronuncian tópicos recogidos en el eclecticismo del dramaturgo. Se censura la aseveraci ón de Alexander Parker de que el autor de los autos sacramentales fuera "el dramaturgo de la escolástica" (Autos Sacramentales de Calder ón. Barcelona: Ariel, 1983, 57), ya que consideramos a un escritor que sintetizó una variada tradición para crear un arte original, en el que se Reviews199 compagina "agudeza, imagen y sentido dramático" con la filosofía teológica (50). Calderón propone un método analógico de figuras y conceptos que aluden a la eucaristía. Esa relación puede, debido a la gracia divina, desvelar el sentimiento de la eternidad, y el hombre, afianzado en la voluntad de la fe, oye la posibilidad de la salvación. El poeta teatraliza este proceso para que el público obtenga un mensaje. Exhibe las acciones de los autos como "alegóricos duelos de Culpa y Gracia" (v.g. La inmunidad del sagrado), espacios dramáticos que desarrollan la lucha existencial del hombre (67-68). Martin emplea ediciones modernas, de las que extrae específicas citas, que corroboran sus interpretaciones, y en donde mezcla lo conocido con ágiles perspectivas originales. Precisa la tendencia existencialista (41, 43), ya que el hombre se ve arrojado en el mundo, donde reina la apariencia y la decepción. El ser humano se esfuerza en su aquí y ahora por alcanzar un vestigio de lo etemo, a pesar de su condición finita y caduca. Engañado por el personaje Mundo, afronta su fatalidad y torpeza (70). Sin embargo, la fantasía puede proyectar imágenes que pasen a la formulaci ón de un "práctico concepto" con el ejercicio de la virtud (38-39); así puede aspirar a la redención—Lo que va del hombre a Dios — (72). Este descubrimiento se apoya en la historia ante el acontecer misterioso de Cristo (51). La fe "se convierte en el eje de toda la representación sacramental " (80n71). Martin escoge el auto Psiquis y Cupido en sus dos versiones (Toledo, 1640; Madrid, 1665) en una minuciosa indagación del arte del poeta (90-114). El capítulo "Experiencias en las sombras" establece "ese abismo infinito que hay entre la lógica, razón o sabiduría del hombre y...

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