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  • Ventura Pons y la crónica de un territorio llamado Barcelona
  • Anton Pujol (bio)

Vómitos, violencia verbal y física, anorexia, bulimia, psicofonías, alcoholismo, pederastas, chaperos, intentos de castración, dieciocho polvos seguidos, sobredosis de heroína, farmacodependencias, asesinatos y voyeurismo son algunas de las muchas situaciones que se entrecruzan, mezclan y circulan por un territorio llamado Barcelona que Ventura Pons cartografía en cuatro de sus recientes aventuras cinematográficas: Carícies (1997), Morir (o no) (1999), Amor idiota (2004) y Animals ferits (2006). El polifónico entramado que Pons orquesta—textualmente a través de la adaptación de diferentes géneros y visualmente con su muy particular esteticismo—nos permite compartir el viaje que el cineasta emprende a través de su entorno natural, Barcelona. Un viaje que suele relegarse ante las extremas vicisitudes sufridas por sus personajes. Es el territorio urbano, sin embargo, el que se erige como protagonista de las películas. Pons presenta un mapa delineado por el flujo de un constante proceso de movimientos territorializadores cuyo relieve morfográfico sólo se revela al analizar la exquisita manipulación estética y narrativa con la que director cuestiona el unilateral concepto establecido para Barcelona y desglosa, con cada realización, las devastadoras consecuencias que la mutación urbana del territorio barcelonés ha causado. Combinando el aparato teórico con el que Gilles Deleuze analiza, por una parte, el cine y, por otra, sus ensayos dedicados al territorio como práctica discursiva, se analiza el diálogo que Pons entabla con dicha transformación epistemológica a través de una fragmentación desgarradora que muestra el caos que experimentó el territorio barcelonés hasta terminar convirtiéndose en un espacio abatido, liso y estéril, dolorosamente reconocible bajo el objetivo de Pons. [End Page 61]

Las cuatro películas que aquí se examinan inauguran una nueva etapa en la muy peculiar e intrínseca estética que Pons había forjado hasta el momento.1 A partir de ahora, sus realizaciones distan mucho de los cánones establecidos por la industria y de los gustos del público contemporáneo, cualquiera que sea el grupo al que pertenezca.2 De hecho, este extraordinario esfuerzo por crear un cine propio de autor y producir bajo las coordenadas del cine independiente, en el sentido más puro del término, parece haber engendrado una marginalización de sus películas ya que están siendo relegadas ante la avalancha de propuestas mucho más asequibles pero que, a modo de represalia, configuran un espacio que permite a Pons establecer su visión artística sin tapujos; un esfuerzo que, dadas las circunstancias culturales y económicas a las que se enfrenta para llevar adelante su propósito, adquiere connotaciones quijotescas.3

El cine de Pons siempre ha estado compenetrado, que no comprometido, con el panorama socio-político que encuadra sus diferentes periodos. De la misma manera que Ocaña se puede visionar como "uno de los documentos esenciales para entender el proceso de la transición" (Vilarós 186), la etapa cómico-autóctona de Pons puede entenderse como una delirante crítica y contrapunto al regio pujolisme que domina la política catalana hasta llegar al famoso 1992, año en el que todo y todos se ven obligados, de nuevo, a cambiar.4 El año en el que el estado español entra a formar parte activa en el escenario internacional con todas las consecuencias que entraña. Un momento histórico clave ya que, según Cristina Moreiras Menor,

el triunfalismo que domina el imaginario colectivo hasta 1992 cede su lugar en esta fecha al pesimismo y la incertidumbre que cualquier sociedad avanzada está experimentando debido al resurgimiento de la inestabilidad económica, a la caída de las fronteras y a problemas ecológicos.

(187)

Las apoteósicas celebraciones y conmemoraciones que dominaron los medios de comunicación pronto contrastaron con los aires de desconfianza que empezaban a asomar a modo de resaca presagiada.

Pocos lugares han sufrido la vertiginosa, turbulenta pero eficaz transformación, tanto socio-política como urbana, que políticos y...

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