Del espejo y otros demonios en Carícies de Ventura Pons: Del teatro de Josep Palau i Fabre al cine de Jean Cocteau

Los espejos deberían de pensárselo antes de devolver una imagen.

Jean Cocteau

L'Occident és mort i si l'Occident es caracterizava per una supervaloració del dia, la vida i l'acció, és evident que la nostra exploració ha de dur-nos cap al camí oposat. Són la vida interior o la contemplació, la Nit i la Mort, les que ocuparan la capçalera dels nostres somnis.

Josep Palau i Fabre

Sergi Belbel (Terrassa, 1963) y Ventura Pons (Barcelona, 1945) son, hoy por hoy, los máximos representantes del teatro y el cine catalán. Ambos han sido aclamados nacional e internacionalmente. La aproximación de Sergi Belbel al teatro nace de la auténtica vocación que siente por él. Es autor, director, traductor teatral y profesor de Dramaturgia en el Institut del Teatre de Barcelona y es el director artístico del Teatre Nacional de Catalunya desde 2006 hasta 2013. Con diez premios literarios a cuestas y más de una docena de textos dramáticos, ha montado y dirigido obras de autores tan dispares como Perec, Sanchis Sinisterra, Beckett, Benet i Jornet, Guimerà, Shakespeare, Goldoni, Molière, Simon, Mamet, Calderón, Koltès y De Filippo; ha traducido a Racine, Müller, Perec, Koltès, Simon y De Filippo, entre otros; ha trabajado asimismo en la adaptación dramática y el guión de distintas series televisivas y ha colaborado en los guiones cinematográficos de dos de sus obras: Carícies (1997) y Morir (o no) (1999), ambas dirigidas por Ventura Pons.¹ Después de una década como director teatral, durante la cual dirigió una veintena de espectáculos, Ventura Pons rodó su primera película en 1977, Ocaña, retrat intermitent, seleccionada oficialmente por el Festival de Cannes de 1978. Después de dieciséis largometrajes, catorce de ellos producidos por su compañía Els Films de la Rambla (fundada en 1985); ha participado en festivales internacionales de Cine, como el de Berlín, y ha sido homenajeado en los festivales de Bogotá, Tesalónica, Belgrado, Dijon y Luxemburgo; ha presentado retrospectivas de su filmografía en el Institute of Contemporary Arts de Londres, el Lincoln Center de Nueva York, los Festivales de Cine de Buenos Aires, Varsovia, Valdivia y Estambul, The American Cinemateque de Los Ángeles y las tres Cinemateques de Israel (Jerusalén, Haifa y Tel-Aviv); ha sido vicepresidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España y consejero de la Sociedad General de Autores de España y patrón de la Fundación Autor.² Entre todas las obras, la obra de teatro Carícies de Belbel (publicada en 1991, puesta en escena por primera vez en el Teatre Romea de Barcelona en 1992) y la adaptación fílmica bajo el mismo título de Pons (1997) es, sin duda alguna, la obra que representa más claramente la pasión de Belbel por el teatro y la de Pons por el cine. Carícies ganó el premio al mejor director del Festival de Cine de Turia (Valencia) y el premio Ojo Crítico RNE a la mejor actriz (Mercè Pons).³

Carícies ha sido descrita como el drama catalán de los 90—violenta, sexual, perversa e inequívocamente moderna (George y London 95). Con una estructura que recuerda a La Ronda de Arthur Schnitzler, con diez escenas y un epílogo, Carícies interpela al espectador—sea éste el del teatro o el del cine—a prestar atención a las relaciones de sus personajes y a una problemática común: la de la incomunicación, soledad e incomprensión de unos seres humanos que habitan en distintos espacios de una ciudad de los noventa y por donde desfilan once personajes ambiguos, entre los trece y más de sesenta años, que arrastran consigo problemas, obsesiones y realidades como la marginación, la pobreza, la droga, el sexo, la vejez, o el eterno...