Abstract

The conventional wisdom about contemporary Venezuelan politics is that class voting has become commonplace, with the poor doggedly supporting Hugo Chávez while the rich oppose him. This class voting is considered both a new feature of Venezuelan politics and a puzzle given the multiclass bases of prior populist leaders in Latin America. I clarify the concept of class voting by distinguishing between monotonic and nonmonotonic associations between class and vote choice. Using survey data, I find that only in Chávez's first election in 1998 was class voting monotonic. Since then, class voting in Venezuela has been nonmonotonic, with the very wealthiest Venezuelans disproportionately voting against Chávez. At the same time, Chávez's support appears to have increased most among the middle sectors of the income distribution, not the poorest. Finally, I find that whatever effect Chávez may have had on overall turnout, his efforts have not disproportionately mobilized poor voters.

Abstract

El consenso de opinión sobre la política contemporánea venezolana es que el voto de clase se ha instalado, con los pobres apoyando sostenidamente a Hugo Chávez mientras los ricos se oponen. Éste voto de clase es visto a su vez como una nueva característica de la política venezolana y una paradoja ya que los líderes populistas anteriores en Latinoamérica tuvieron bases policlasistas. En éste trabajo aclaro el concepto del voto de clase, distinguiendo entre asociaciones monotónicas y no-monotónicas entre clase y voto. Usando datos de encuestas, encuentro que el voto de clase fue monotónico únicamente en la primera elección de Chávez en 1998. Desde entonces, el voto de clase en Venezuela ha sido nomonotónico, con los venezolanos desproporcionadamente más ricos votando en contra de Chávez. A su vez, el apoyo de Chávez parece haberse incrementado más entre las clases medias que entre los pobres. Finalmente, encuentro que cualquiera que sea el efecto que Chávez haya tenido sobre la asistencia a votar (turnout) en general, sus esfuerzos no parecen haber movilizado a los desproporcionadamente pobres.

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