Black Puerto Rican Identity and Religious Experience (review)

“Brother… you asked some Christians how they are doingand they answer ‘the way God wants’. While he spoke he made gesturesto ridicule that kind of poor or conformist attitude.”

La influencia religiosa en la vida cotidiana de los puertorriqueños, partiendo de un estudio de campo en el pueblo de Loíza, es el tema de este gran aporte a la casi inexistente investigación antropológica en la isla. Observación participante, entrevistas, censos y cuestionarios llevados a cabo en las iglesias católicas y protestantes del sector Las Cuevas del pueblo de Loíza, invitan a la reflexión y discusión académica sobre el rol político y moral de la Iglesia como institución, así como los aspectos estructurales y prácticos de la misma en función de los sectores sociales marginados. Pero por otro lado, ya anunciado desde el mismo título del trabajo, la problemática de este municipio de la isla de Puerto Rico—imbricada al manejo de las prácticas religiosas—aparece intrínsecamente vinculada al tema de lo racial.

En la isla, el pueblo de Loíza es representado como el lugar en donde el componente africano de nuestra herencia cultural se percibe con mayor fuerza y continuidad. Pero a la vez, esta misma construcción imaginaria—que acota geográficamente la herencia afro a ciertas comunidades costeras como Loíza y San Antón, en Ponce—, exhibe la evidencia de unas políticas de representación social, que han construido una imagen del puertorriqueño que excluye a este “tercer componente” de la cultura. En pos de comprender esta marginalización, Hernández examina el trasfondo histórico que condiciona esta disyunción significativa. El jíbaro como representación de la puertorriqueñidad y la oficialidad de esta imagen—sostenida por las diversas instancias del gobierno y los viejos modelos de la religión católica—, han jugado un papel primordial en esta evasiva de los diversos elementos culturales afros, incluidos, por supuesto, las creencias otras, como el espiritismo popular. Viejos estatutos enunciados en la cita que elegimos como epígrafe, sobre los que descansan parámetros de conducta que ciertos loiceños vinculan con la marginalización y el atraso socio-económico del pueblo: “estamos como Dios quiere”. Representaciones que son examinadas a detalle y en su complejidad, partiendo del manejo religioso de la identidad, mismo que concluye la autora, es “causa y resultado de la identidad loízeña”.

Inicia la exposición con la localización física, histórica y social del pueblo de Loíza. La importancia de este esfuerzo de contextualización, permite comprender el encadenamiento de los múltiples elementos, que necesariamente deben contemplarse para asomarnos a la complejidad del problema racial en la isla de Puerto Rico. Traza entonces la trayectoria del sector como un importante espacio de labor africana y afro-descendiente desde las postrimerías del siglo XIX hasta mediados del XX. Concatenación de los elementos estructurales y funcionales del proceso histórico que marcan la actual situación del pueblo de Loíza, así como su representación en el imaginario puertorriqueño. Hernández pasa a señalar que su trabajo parte de una construcción teórica de la otredad, centrada sobre la cultura latina popular, su sistema de relaciones y prácticas sociales. Transita entre los objetos-sujetos de estudio, el conocimiento y la experiencia, para acercarse así, al entrejuego que existe entre la realidad social vivida y la observada. Por lo mismo, es una observadora consciente de su subjetividad, de cómo su propia experiencia de vida incide en los análisis de las experiencias de vida de los demás. Entrejuego que la lleva a desarrollar un enfoque multidimensional en el que cada concepto (lo cognitivo, lo físico-emotivo, lo ritual, y su relación con la pluralidad religiosa y la marginalidad) es tomado como capas o...