In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

Reviewed by:
  • José Luis González: El intelectual nómada
  • Raúl Guadalupe de Jesús
Guillermo B. Irrizary. 2006. José Luis González: El intelectual nómada. San Juan: Ediciones Callejón. 296 pp. ISBN: 1881748413.

El texto de Guillermo B. Irrizary es uno de los estudios más completos que se han publicado hasta el momento sobre la obra del escritor antillano José Luis González. Irrizary realiza un análisis y una interpretación singular de la obra de nuestro autor.

El crítico divide su estudio en diez capítulos. Todo su análisis gira alrededor de los conceptos de nomadismo, facialidad, territorialidad y reterritorialidad. En el primer capítulo, Irrizary utiliza la noción de nomadismo óptico para explicar la perspectiva internacionalista de González. Expone que las circunstancias del exilio lo llevaron a desarrollar una perspectiva desterritorializada. Emprende una defensa de nuestro autor frente a las perspectivas nacionalistas más estrechas. Sin embargo, olvida que González no ha sido el primer autor con una perspectiva desterritorializada en la literatura puertorriqueña. Recordemos como surgió el Álbum Puertorriqueño y el tema y ambiente de nuestra primera obra de teatro escrita por Celedonio Luis Nebot, Mucén o el triunfo del patriotismo.1 Otro de los planteamientos, expuesto en el primer capítulo, es la supuesta heterodoxia de José Luis González. González se entrena en el campo de la filosofía política del marxismo determinado por las categorías del estalinismo y el eurocomunismo. El supuesto legado heterodoxo [End Page 287] de González se estrella en la definición que sobre la nación nos brinda el autor en la entrevista que publicara como libro Arcadio Díaz Quiñones titulado Conversación con José Luis González (1977).2 En el segundo capítulo titulado “Exploración del territorio nacional: antecedentes de la fuga”, al igual que en los capítulos titulados “Amplificación del código territorial: viaje y migración”, “Historia, cultura y nación: remodelando la nacionalidad” y “La cultura popular nacional-popular en Balada de otro tiempo”, el crítico desarrolla un análisis seudo materialista abstracto en donde los conceptos pierden su horizonte semántico. Confieso que hay momentos en donde uno espera que la lectura siga una espiral de lo abstracto a lo concreto pero sucede todo lo contrario; el reino de la abstracción se impone como máscara para una extraña impostura sesgada.

En su análisis del cuento La desgracia, Irizarry sostiene que “…el binomio campo-pueblo se convierte en el signo predominante del código territorial y subraya la inevitable ruptura con la visión monológica del campo” (p. 49). ¿Cuál es la visión monológica del campo? En ningún momento el crítico nos explica dicha visión. ¿El hecho de la no aceptación por parte de la familia rural de la prostitución de Celestina, la hija, constituye una ruptura con la llamada visión monológica del campo? Sucede que todo cambio social de envergadura, como lo fue el tránsito de una sociedad rural a una de industrialización acelerada en la década del cuarenta en la isla, viene acompañada de valores progresistas y valores conservadores, como de ideas liberadoras e ideas opresivas. El curso de la historia no se desarrolla de forma progresiva de tal forma que no todo lo nuevo significa un progreso para la humanidad.3 Luego refuerza su planteamiento con una cita a pie de página del texto de Raymond Williams, The Country and the City; texto que considero fascinante en su elaboración de las relaciones entre la literatura y la ciudad europeas que muy poco tiene que ver con el desarrollo de la ciudad en Puerto Rico—mucho menos con la manera en que nuestra imaginación literaria ha abordado el tema de la ciudad.

Sobre un conjunto de relatos de González, el crítico nos dibuja a su narrador de la siguiente forma: “El ojo del escritor se detiene a pintar monumentales proyectos de modernización que transfiguran la geografía física del campo, los cuales evidencian...

pdf

Share