Abstract

Analizado desde la óptica de las ideas de la psicoanalista Joyce McDougall en Theaters of the Mind y el psicodrama de Jacob Levy Moreno, El trato de Argel sirve como posible e hipotético reflejo del mundo interno de Cervantes. Por medio del psicodrama, el individuo examina su persona y sus relaciones personales mediante la actuación improvisada sobre un escenario solo o con otros personajes. Existen diferentes técnicas utilizadas en el psicodrama (representaciones del yo, soliloquios, proyecciones, intercambio de papeles, personajes antagónicos, juegos de dobles o la técnica del espejo) por medio de las cuales el individuo sometido a estudio explora conflictos internos puestos en escena a través de diferentes personajes que dramatizan la experiencia. Este conjunto de técnicas utilizadas en el psicodrama se observan igualmente en El trato de Argel, donde Cervantes reconstruye su pasado dando rienda suelta a los fantasmas del cautiverio argelino. En la pieza teatral, Cervantes pone en escena una treintena de personajes antagónicos y complementarios entre sí que hacen eco de las experiencias vividas por el mismo escritor durante su cautiverio en Argel, reconstruyendo el pasado desde distintos ángulos y perspectivas. El espectador tiene ante sí un "yo" fragmentado a través de personajes en contradicción que buscan salida por medio de la puesta en escena y que se mueven en espacios ambivalentes y heterogéneos. El Trato de Argel se convierte en psicodrama que captura metafóricamente los conflictos internos propios de la psicología tradicional del cautivo como son los diferentes niveles del cautiverio, la tortura, la sensación de abandono por parte del gobierno y la familia, la apostasía, el rescate, la huida o el suicidio.

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