Abstract

Casi la mitad de los estudios sobre la comedia No hay cosa como callar comentan, pero sin profundizar, las grandes semejanzas entre el don Juan tirsiano y el don Juan de No hay cosa como callar de Calderón. Este trabajo intenta remediar en parte esa laguna, al examinar la forma en que Calderón se enfrenta con la popularidad de don Juan en su protagonista, a la vez que distorsiona esta imagen en un intento de "corregir" la obra tirsiana. Hay muchos paralelismos entre las dos obras, pero Calderón se desvía del original, y son estas variantes las que nos llevan a simpatizar con la víctima al mismo tiempo que nos distancian del atacante. Ya una vez distanciado de don Juan, es difícil que el público o el lector le admire. Los dos don Juanes terminan por dar la mano, pero don Juan de Mendoza, en vez de dársela a una estatua infernal, se la da en matrimonio a Leonor, y, muy lejos de las proporciones míticas de su predecesor, Calderón nos presenta a un hombre que sucumbe a la justicia femenina, casándose con Leonor.

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