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  • Gabriel Miró and Catalan Culture: The Forging of Literary Culture in the Context of his Poetics
Gabriel Miró and Catalan Culture: The Forging of Literary Culture in the Context of his Poetics University Press of the South, 2004 By Frederic Barberà

Este excelente estudio sobre Gabriel Miró está construido en torno a dos tesis que resultan un tanto paradójicas. Las dos tesis buscan documentar, primero, una suerte de progresiva reconciliación por parte de Miró con la lengua vernácula de su paisaje levantino (el catalán valenciano); esta reconciliación iría paralela a la también progresiva clarificación de su prosa de abusos retóricos. Parte de este trabajo tiene como fin salvar una vez más la literatura de Miró del cliché del estilismo, a la vez que explicar sus relaciones con la "cultura catalana" o con el valenciano. Pero el minucioso análisis a que Frederic Barberà somete la prosa mironiana da por resultado la imagen de una escritura desvinculada de todo contenido, atomizada en multitud de ejemplos y citas, y desvinculada de toda lógica narrativa o intencional, con lo que la destrucción del cliché estilista sólo llega a satisfacerse muy indirectamente. Sin embargo, es indudable que el prolijo rastreo de catalanismos (o mejor: valencianismos) en la prosa de Miró ilumina algo que podría considerarse un cierto malentendido en su prosa. La observación de Jorge Guillén, en su ensayo dedicado a Gabriel Miró en Lenguaje y poesía, de que "es inmenso el vocabulario de Miró, y hasta los españoles más cultos hallan términos desconocidos en esta [End Page 286] obra," puede entenderse entonces en el sentido más llano y prosaico: porque hay multitud de términos y giros en su prosa que simplemente no son castellanos. Todo esto lo documenta muy bien Barberà, deshaciendo, por así decirlo, el mito de los misterios léxicos mironianos. Pero no acaba de quedar claro (y seguramente no es fácil llegar a ninguna conclusión al respecto) a qué obedecen los valencianismos de la prosa de Miró, un castellanohablante con conocimientos más bien pasivos de catalán. ¿Son un homenaje a la "lengua viva" que él podía relacionar con el paisaje y la naturaleza de que se nutre su ficción? ¿O son incluso el intento de forjar un lenguaje literario propio e inconfundible, y que sin embargo aspira, a pesar del recurso al color local, a ser profunda y exuberantemente castellano?

Otra paradoja del libro de Barberà consiste en despertar, ya en el título, unas expectativas que sólo podían verse defraudadas, y no por la pericia crítica o la minuciosidad analítica del investigador, que son indudables, sino por la naturaleza misma del material. La relación entre Gabriel Miró y la "cultura catalana" es poco más que inexistente. No creo que puedan considerarse "cultura catalana" (en un sentido literario y ambicioso) los valencianismos con los que Miró colorea su prosa. Y la focalización en la figura de Ramón Turró, lógica desde el punto de vista mironiano, resulta algo excéntrica desde el punto de vista de la cultura (literaria) catalana. Seguramente el cruel "retrato de pasaporte" que le dedicó Josep Pla a Miró dé una idea bastante precisa de la situación del escritor en sus años barceloneses. Como también la da el hecho de que los contados escritos que Miró dedicó a escritores o libros en lengua catalana fueran anteriores a su llamada a Barcelona (¿para hacer méritos?), y que una vez allí sus esfuerzos por comprender o por mostrar una cierta complicidad con la evolución política y civil de la Renaixença y el Noucentisme fueran más bien nulos. Barberà incluso documenta un manifiesto rechazo a las exaltaciones del catalanismo de la época.

A pesar de estas aparentes contradicciones, este estudio es excelente y sin duda constituye una pieza fundamental y muy aclaratoria tanto sobre la naturaleza como sobre la evolución de la prosa mironiana. Pero la literatura del Miró (del último Miró, por ejemplo: el de las novelas de Oleza) quizá pidiera algo más que las pesquisas léxicas, las aclaraciones estilísticas y los rastreos de relaciones literarias más bien frustrantes, por no decir inexistentes. Este libro constituye sin duda un paso adelante en el conocimiento de la obra de Miró, indispensable para los especialistas, y satisface las exigencias de innovación y rigor en un trabajo de sus características (una tesis doctoral). Constituye, además, un singular y valioso retrato del escritor a través de sus cartas. Pero se pierde de vista el Miró duro, amargo, irónico, quijotesco y feroz, y con ello, en cierto modo, aquella parte de su obra que todavía merece la pena ser leída, y no solamente diseccionada y analizada.

Jordi Ibáñez Fanés
Universitat Pompeu Fabra

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